Tras la vacunación masiva, Israel reabre las escuelas y desmonta el uso de barbijo

Con el 60% de la población cubierta con al menos una dosis, el país se encuentra a punto de lograr inmunidad de rebaño. Con esa garantía retoma actividades. Ayer hubo solo 82 contagios y ninguna muerte

 

 

 

Israel levantó ayer la obligación de usar barbijo en lugares públicos al aire libre y retomó por completo las clases presenciales, en un fuerte alivio de las restricciones tras una prolongada cuarentena y una campaña de vacunación masiva y exitosa contra el nuevo coronavirus.

Todas las escuelas primarias y secundarias del país reabrieron ayer sus puertas para las clases presenciales y las autoridades de salud pusieron fin, luego de un año, al requerimiento de usar barbijo en sitios públicos.

Como desde hace un año, los tapabocas, con todo, seguirán siendo obligatorios en medios de transporte, espacios cerrados y grandes aglomeraciones de personas.

Desde diciembre, casi cinco millones de israelíes -el 53% de la población- recibió las dos dosis de la vacuna contra el covid-19 de Pfizer y BioNTech, es decir, el 80% de la población mayor de 20 años, según los datos oficiales del país, en el que se reportaron en total unos 836.000 casos y 6.331 decesos. En tanto, más del 60% de los israelíes ya recibió al menos la primera inyección.

A cambio de un acceso rápido a millones de dosis de la vacuna, Israel le aportó a Pfizer datos reales sobre el efecto de la vacunación. En Israel, los datos médicos de la población están digitalizados.

En enero, Israel había registrado un pico de 10.000 casos diarios a pesar de la campaña de vacunación, pues los efectos del inmunizante no se empiezan a sentir sino hasta que pasan unas semanas desde la inyección. Desde ese momento, la curva empezó a desplomarse –97% desde enero–, por lo que las autoridades permitieron la reapertura de bares, restaurantes y cafeterías a principios de marzo.

En los últimos días, el país solo registró un promedio de 200 casos diarios y el Ministerio de Salud informó ayer de apenas 82 contagios, sin que se hayan reportado fallecimientos.

El Gobierno anunció además que el país volverá a recibir turistas, vacunados contra el coronavirus, a partir de mayo.

El funcionario que encabeza la lucha contra el virus, Nachman Ash, dijo ayer que levantar la obligatoriedad de usar barbijos en las calles y otros lugares públicos y reiniciar las clases es un “riesgo calculado”.

Israel, con un nivel de vacunación tal que lo acerca a la inmunidad de rebaño –que se logra con una cobertura de entre el 60 y el 70%– es considerado un caso testigo a nivel internacional sobre la posibilidad de que los inmunizantes permiten un regreso a la vida prepandemia.

Ni bien se bajó del colectivo, Eliana Gamulka se ató el barbijo a su muñeca derecha. Un gesto simple pero que desde hacía un año era ilegal.

“En el colectivo lo llevaba puesto, como la mayoría de la gente, pero después me lo saqué. Estoy aliviada, podemos volver a vivir”, comentó esta gestora de proyectos de 26 años.

La joven se mostró feliz porque la medida entró en vigor dos semanas antes de su casamiento. “¡Vamos a poder celebrar todos sin mascarilla y las fotos va a ser lindas!”, se entusiasmó.

Más cautelosos, otros pasajeros, en cambio, prefirieron dejarse puestos sus barbijos al bajar del colectivo o se los pusieron a la altura de la barbilla para poder ponérselo rápidamente al entrar en alguna tienda. Ester Malka, “acostumbrada” a llevarlo, prefiere esperar antes de quitárselo en plena calle.

“Todavía tengo miedo. Vamos a ver qué pasa cuando todo el mundo se saque los barbijos. Si veo que todo va bien dentro de un mes o dos, entonces me lo voy a sacar”, explica la oficinista.

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